-Veamos Gema, ¿cómo comenzó todo?
+Le vi. Le vi y pasó algo inexplicable. Me fijé en él, físicamente me mató, pero quise comprobar si era igual por dentro que por fuera. Cuando hablamos por primera vez me resultó extraño, pero a la vez dulce, puede que suficiente para seguir interesada en encontrar su alma. A medida que pasaba el tiempo, me sentí más arropada por él. ¡Oh, Dios, era tan entrañable! Su pelo me tenía loca, y su forma de hablar. Incrédula me quedé al ver que era mutuo, que había feeling. Atravesé una muy mala época, ¿y quién estaba para apoyarme? Él, sin pedirme nunca nada a cambio. Llegó el día que (POR FIN) pude comprobar que él era real, un 19 de noviembre, aunque hubo percances preferiblemente en el olvido. A pesar de eso, no podía evitar sonreír, estaba a gusto, pero ¡ay madre! ¿Qué me estaba pasando? Sentía algo en el estómago cada vez que me miraba, o que me tocaba. Deseaba que el tiempo se hiciera eterno desde que me apoyé en su pecho para que me arropase, porque hacía un frío que pelaba. Deseaba que el tiempo se parase desde ese día. Al despedirse me quedé paralizada. Mi impresión fue buena. Bueno, en realidad miento, fue muy buena, demasiado buena, extremadamente buena. No era del todo como yo me imaginaba, pensé que era más chulo, más prepotente. Dio la casualidad de que resultó ser una de esas personas que no solo te demuestran las cosas con palabras, sino que también con hechos. Pues, resulta, que detrás de esa faceta idealizada por mí, se escondía un corazón muy sincero, muy sensible, muy fuerte, muy especial. Me quedé catada. Me encantaba, aunque temía reconocérselo, tenía miedo. Ya me hallaba ansiosa por volver a verle, e incluso por probarle. En el momento que leí ese mensaje, ahí empezó todo. Cada día una nueva sorpresa, una nueva ilusión, miles de sonrisas, montones de sentimientos. Llegó el 19 de diciembre y alguien le preguntó que si yo era su novia. Una pregunta cómica, pero él contestó que ahí estábamos, intentándolo, a lo que yo dije que pasaba de intentarlo, y a lo que él dijo que también, que quería estar conmigo. AAAAAAAAAAY, lo había conseguido. Rápido pasó el tiempo y nos reencontramos. Esta vez tímidos, nerviosos, pero con unas ganas bestiales de no despegarnos… Nuestro primer beso, AAAAAAAAAAW, inexplicable con palabras (asdasdas). Y así comenzó todo, un 19.
-¿Qué es lo que más te gusta de él?
+Digamos que me gusta por completo, física e interiormente, pero si me tuviera que quedar con solo una cosa…Hmmmm… creo que me quedo con su buena personalidad. Es demasiado bueno, cosa que no es del todo positiva, ya que hay mucho cabrón suelto que puede aprovecharse, pero me encanta como es conmigo, tan dulce, tan cariñoso, y tan natural. No te imaginas la confianza que me transmite con cualquier movimiento, el respeto que me ofrece.
-¿Y lo que menos?
+Puuuuufff hahah, pues creo que le falta un poco de genio. Siempre va con el miedo de hacer daño a la gente, pero yo le digo que no por ser claro va a ser dañino. Tampoco es plan de que esté enfadado todo el día, pero ¡un poco más de sangre! Además él sabe que está más guapo cuando se mosquea. Quiero ayudarle a ser más decisivo y más espontáneo.
-¿El mejor momento a su lado?
+Jo, me lo estás dificultando bastante. Digamos que cada segundo a su lado, cada beso, cada caricia, cada risa. Sin duda, el momento más bonito fue cuando le entregué mi alma por completo, cuando le expresé cada una de mis sensaciones. Ahí sí que no quería que el reloj siguiese contando los segundos. Dormir abrazada a él, nunca lo imaginé tan perfecto.
-Ahora toca que me digas el peor.
+Al contrario de la cuestión anterior, cada segundo que me falta. Le extraño, le echo de menos todo el tiempo.
-¿Cómo ves el futuro a su lado? ¿Tenéis ya algún plan?
+ Lo cierto es que tengo planes con él para cada día del año. Las circunstancias nos dificultan nuestros sueños, así como la distancia, que casi nos hace imposible el hecho de poder vernos a menudo, o como el tiempo, que siempre se pone en contra, es decir, que cuando estamos juntos, vuela, y cuando estamos distantes, se eterniza. Es lo que tienen esta clase de relaciones. Yo sí me imagino en un futuro realizando todos esos planes, haciendo locuras, aprendiendo cada día más el uno del otro.
-¿Qué es lo que sientes ahora mismo por él?
+No hace falta decir que ya es imprescindible para mí, ¿no? La persona más especial en mi vida. Lo que siento, es algo fácil de sentir y difícil de explicar. No sé, lo llaman AMOR.
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